¿Podría Apple ser la clave del resurgimiento de Intel?

La acción de Intel protagoniza una de las remontadas más notables en el mercado bursátil actual. La especulación sobre un posible acuerdo con Apple actúa como catalizador principal, impulsando el optimismo de los inversores tras una serie de informes analíticos. La pregunta que sobrevuela Wall Street es si el gigante estadounidense de semiconductores podría llegar a fabricar los chips para el iPhone, un movimiento que supondría un espaldarazo definitivo para su división de fundición (foundry) y aceleraría su transformación estratégica.

El contexto regulatorio y financiero juega a favor de Intel. La administración estadounidense, decidida a reducir la dependencia de Asia en la producción de chips, ha desplegado un masivo apoyo a través de la ley CHIPS, con subsidios millonarios que ya han convertido al gobierno en un accionista relevante. Este respaldo institucional proporciona una base sólida para su reconversión.

El mercado ha reaccionado con notable entusiasmo a esta combinación de rumores y apoyo estatal. Desde comienzos de año, el valor se ha revalorizado más de un 81%, superando incluso al actor dominante en inteligencia artificial, Nvidia, en el mismo período. Cotizando actualmente en 35,70 euros, el título ha logrado más que duplicar su precio desde los mínimos de abril, que se situaron en 16,61 euros.

Los informes que alimentan la especulación

Dos análisis recientes han dado credibilidad a la hipótesis de una colaboración con Apple. En primer lugar, el reconocido analista Ming-Chi Kuo sugirió a finales de noviembre que Intel podría comenzar a fabricar chips para el MacBook Air y el iPad Pro a partir de mediados de 2027, destacando que la probabilidad de que se convierta en proveedor ha aumentado significativamente.

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Posteriormente, Jeff Pu de GF Securities ha llevado la expectativa un paso más allá. Según su reporte, Intel podría asumir parte de la fabricación de chips para el iPhone a partir de 2028, específicamente para los modelos estándar (presumiblemente el "iPhone 20"). Este proceso utilizaría la futura tecnología de fabricación 14A de Intel.

Una apuesta estratégica más allá de los ingresos

Para Intel, un contrato con Apple trasciende con creces el mero volumen de negocio. Se trata fundamentalmente de una cuestión de credibilidad para su estrategia "Intel Foundry". Apple es considerado el cliente de chips más exigente del mundo, habiendo confiado casi en exclusiva a TSMC de Taiwán durante años. Ganar su confianza sería una señal inequívoca de que Intel ha regresado a la primera división tecnológica.

Las implicaciones de un posible acuerdo son multifacéticas:
* Volumen de negocio: Las estimaciones iniciales apuntan a unos ingresos de aproximadamente mil millones de dólares anuales solo por los chips para Mac.
* Validación tecnológica: La adopción de sus procesos de fabricación 18A y, posteriormente, 14A, demostraría su competitividad frente a TSMC.
* Diversificación para Apple: Para la compañía de Cupertino, supondría un avance crucial en la diversificación de su cadena de suministro y la mitigación de riesgos geopolíticos.

Los avances técnicos y la paciencia requerida

La ejecución técnica es el pilar sobre el que se sostiene esta posibilidad. Intel ha comunicado, a través de su vicepresidente John Pitzer, que los rendimientos (yields) de su crítica tecnología 18A se encuentran dentro de lo planificado. Además, la compañía afirma estar más avanzada en el desarrollo del proceso 14A —clave para el potencial trato con el iPhone— de lo que lo estaba en etapas comparables de tecnologías anteriores.

No obstante, los inversores deben mantener una perspectiva realista. Ni Apple ni Intel han confirmado oficialmente ninguna negociación, y cualquier ingreso significativo derivado de estos posibles acuerdos no se materializaría antes de 2027. A corto plazo, factores como los elevados precios de la memoria podrían seguir presionando su negocio principal de PC. Los observadores del sector esperan obtener más claridad durante la Barclays Global Technology Conference del 10 de diciembre, donde Intel tiene previsto actualizar sus progresos.

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