Meta: Un ajuste de expectativas en Wall Street ante la incertidumbre operativa

La estrategia de inversión masiva en inteligencia artificial de Meta se encuentra bajo el microscopio de los analistas, en un momento en que la sostenibilidad de sus ingresos y el control de costes generan dudas. La firma Morgan Stanley ha sido la última en reflejar esta cautela, revisando a la baja su precio objetivo para la acción, aunque mantiene una recomendación positiva.

El cambio más significativo proviene de los analistas de Morgan Stanley, quienes han decidido recortar su price target para Meta de 820 a 750 dólares por acción. Este movimiento, no obstante, se produce dentro de un contexto de confianza relativa, ya que la entidad mantiene su calificación de "Overweight" para el valor. La señal es clara: se sigue viendo potencial, pero los riesgos a corto plazo son mayores de lo estimado previamente.

Con la cotización actual rondando los 650 dólares, el nuevo objetivo aún sugiere un apreciable margen de revalorización. Sin embargo, la dirección del ajuste —una rebaja de 70 dólares— habla por sí sola sobre las crecientes preocupaciones en torno a la evolución operativa del gigante tecnológico.

Los tres pilares de la preocupación analítica

La justificación de Morgan Stanley para este recorte se sustenta en tres áreas clave de incertidumbre:
1. Costes operativos: La trayectoria de los gastos de la compañía se presenta difícil de predecir y modelizar con precisión.
2. Calidad de los ingresos: Se cuestiona críticamente la sostenibilidad a medio y largo plazo de los flujos de ingresos actuales.
3. Desafíos técnicos en IA: Su modelo de inteligencia artificial Llama estaría enfrentando obstáculos técnicos que ralentizan su desarrollo y adopción.

Esta trilogía de factores está pesando en la valoración, obligando al mercado a recalibrar sus expectativas.

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Una apuesta billonaria y a largo plazo por la infraestructura de IA

Paralelamente al escepticismo analítico, Meta avanza con determinación en su hoja de ruta tecnológica. La compañía ha firmado un contrato multimillonario y plurianual con CoreWeave para asegurar capacidad de computación de alto rendimiento. El acuerdo, valorado en hasta 14.200 millones de dólares, se extiende hasta finales de 2031.

Este compromiso financiero monumental subraya la intensidad capital de la carrera por la supremacía en IA. Para los inversores, ya nerviosos por el aumento previsto en el capex, estas cifras concretas materializan el coste a largo plazo de la ambición de Meta, presionando potencialmente los márgenes en el futuro inmediato.

Un nuevo modelo "cerrado" y presión regulatoria en Europa

En el ámbito del desarrollo, los informes apuntan a que Meta prepara un nuevo modelo de IA con nombre en clave "Avocado", cuyo lanzamiento podría producirse en la primavera próxima. Este proyecto representaría un giro estratégico, ya que se trataría de una solución cerrada y propietaria, a diferencia de sus enfoques anteriores más abiertos. Para su entrenamiento, la empresa estaría utilizando, entre otros, el modelo "Qwen" de Alibaba.

Mientras tanto, en el terreno regulatorio, Meta se adapta al Digital Markets Act de la Unión Europea. La nueva normativa obliga a ofrecer a los usuarios la opción de ver publicidad menos personalizada. Aunque esta medida es de cumplimiento obligatorio, introduce interrogantes sobre la eficacia futura de la publicidad en un mercado europeo que es una fuente de ingresos crucial para la compañía.

El mercado se encuentra así en un delicado equilibrio, sopesando las ventajas competitivas que podría generar esta descomunal inversión en infraestructura frente a la presión inmediata sobre la rentabilidad y el tono cauteloso de los analistas. La próxima cita clave será la publicación de los resultados del cuarto trimestre, prevista para el 30 de enero de 2025, que ofrecerá la primera evidencia tangible del impacto de estas inversiones en los fundamentales del negocio.

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