Kraft Heinz: Un Cambio de Rumbo Estratégico con un Nuevo Timonel

La corporación alimentaria Kraft Heinz ha iniciado un proceso de reestructuración de gran calado, cuyo primer movimiento ha sido el nombramiento de un nuevo director ejecutivo con un historial muy específico. Steve Cahillane, quien asumirá el cargo el 1 de enero de 2026, es conocido en el sector por haber dirigido la escisión de Kellogg en dos empresas independientes, una operación que precedió a la venta de su división de snacks, Kellanova, a Mars por 35.900 millones de dólares, un precio que superó en un 33% su valor de mercado.

Este cambio en la cúpula directiva es mucho más que un simple relevo generacional. Se interpreta como la preparación metódica para una transformación estructural profunda, que incluye la ya anunciada división de la compañía en dos entidades cotizadas por separado.

El desdoblamiento de Kraft Heinz, previsto para la segunda mitad de 2026, supondrá en la práctica deshacer una parte significativa de la megafusión de 2015, valorada entonces en 46.000 millones de dólares. El plan creará dos empresas con perfiles y desafíos muy diferentes.

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Steve Cahillane liderará esta unidad, que agrupará las marcas con mayor potencial de crecimiento y mejores márgenes, como Heinz, Philadelphia y Kraft Mac & Cheese. El mercado anticipa que esta división recibirá una valoración superior debido a su rentabilidad por encima de la media, su mayor exposición internacional y sus perspectivas de expansión acelerada. Será el segmento premium del grupo.

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La segunda sociedad concentrará marcas clásicas para el mercado norteamericano, como Oscar Mayer y Kraft Singles. Los analistas señalan que aquí reside el desafío más complejo, ya que incluye productos establecidos pero bajo presión, como Crystal Light, Lunchables o Kraft Mayo, que pierden terreno frente a alternativas menos procesadas.

Un Contexto Bursátil y Operativo Adverso

La compañía afronta este ambicioso plan en un momento de debilidad en los mercados. En lo que va de 2025, la acción de Kraft Heinz ha caído aproximadamente un 30%, cotizando cerca de los 21,00 euros, un nivel que ronda su mínimo del último año y está un 30% por debajo del máximo de febrero. El sector de bienes de consumo básico enfrenta vientos en contra: los consumidores restringen gastos por la inflación y la demanda migra hacia marcas más jóvenes y naturales. En comparación con rivales como General Mills, Mondelez y Conagra, Kraft Heinz se comercia con un descuento.

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La Sombra de las Operaciones Corporativas

La llegada de Cahillane es leída por los observadores como una señal de que la empresa se está posicionando para posibles ventas de activos. Bill Johnson, ex CEO de H.J. Heinz, ha sugerido que este movimiento coloca a la compañía "en juego" para potenciales compradores. El contexto sectorial aviva esta hipótesis, con operaciones recientes como la oferta de Kimberly-Clark por Kenvue (cerca de 50.000 millones de dólares) o la compra de W.K. Kellogg por Ferrero (3.100 millones de dólares).

No obstante, existen voces escépticas. Max Gumport, analista de BNP Paribas, duda que sea fácil encontrar compradores adecuados para las nuevas unidades, recordando intentos fallidos previos de Kraft Heinz por vender activos como Oscar Maxwell o la marca de café Maxwell House.

Un Plan Escalonado Hasta 2026

Cahillane ha descrito la situación de Kraft Heinz como similar a la que encontró en Kellogg: marcas icónicas que necesitan modernizarse y reconectar con el crecimiento. Su estrategia se basa en:
- Actualizar el atractivo de las marcas.
- Separar claramente los portafolios.
- Establecer estructuras para empresas independientes y focalizadas.
- Mantener abiertas las opciones para transacciones que creen valor.

El camino hasta la escisión en 2026 definirá la concreción de este plan, desde la delimitación final de los negocios hasta la búsqueda de un CEO para North American Grocery y la posible materialización de ventas. Para los inversores, se trata de una apuesta de transformación a medio plazo, cuyo éxito se medirá por la mejora de los márgenes, un perfil de negocio más nítido y una reevaluación del título que la acerque a sus competidores.

La reacción analítica ha sido mixta. Mientras Piper Sandler elevó su precio objetivo a 27 dólares (desde 25 dólares) avalando la perspectiva de un reinicio, otros mantienen cautela. El historial previo de la compañía en desinversiones aconseja prudencia ante escenarios excesivamente optimistas.

El resto del equipo directivo también cambia: Carlos Abrams-Rivera, el CEO actual, permanecerá como asesor hasta el 6 de marzo de 2026. John Cahill, antiguo CEO durante la fusión original, asumirá la presidencia del consejo de administración, sustituyendo a Miguel Patricio.

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