Wolfspeed: Un respaldo de Toyota que no convence al mercado

La acción del fabricante de semiconductores de carburo de silicio ha vivido una jornada contradictoria. A pesar de anunciar una alianza estratégica con el gigante Toyota, sus títulos se desplomaron aproximadamente un 7% este jueves. Este movimiento refleja la profunda desconfianza que aún persiste entre los inversores, quienes cuestionan si el repunte de la compañía es sólido a pesar de la notable mejoría en sus finanzas.

La situación del balance ha experimentado un alivio significativo. A principios de diciembre, una devolución de impuestos de casi 699 millones de dólares, en el marco de la ley "CHIPS and Science Act", inyectó capital fresco en las arcas de la empresa. Este ingreso elevó la liquidez total de Wolfspeed a alrededor de 1.500 millones de dólares.

Este refuerzo financiero llega en un momento clave. Tras finalizar su procedimiento de bancarrota (Chapter 11) a finales de septiembre, la empresa ya había logrado reducir su deuda en un 70% y recortar sustancialmente sus pagos por intereses. El director financiero, Gregor Van Issum, tiene previsto destinar parte de la devolución directamente a reducir aún más el endeudamiento.

El valor de un sello de aprobación japonés

El acuerdo con Toyota, anunciado el 9 de diciembre, trasciende un simple contrato de suministro. El fabricante japonés tiene fama en la industria de ser extremadamente exigente en cuanto a calidad y fiabilidad. Que Toyota elija componentes de Wolfspeed para su futura flota de vehículos eléctricos es interpretado por los analistas como un potente aval tecnológico.

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En concreto, Wolfspeed suministrará transistores MOSFET basados en carburo de silicio. Esta tecnología se considera el estándar industrial para los coches eléctricos modernos, ya que permite una carga más eficiente, menores pérdidas de energía y una autonomía superior en comparación con los chips de silicio tradicionales. Para Wolfspeed, este pacto valida la calidad de su fabricación tras los turbulentos meses anteriores.

La valoración: un espejo de las dudas persistentes

Los avances operativos y financieros no han logrado estabilizar el precio de la acción, que sigue siendo muy volátil. Tras una subida de cerca del 27% en el último mes, los inversores han optado por tomar beneficios. La valoración fundamental revela una brecha extrema con el sector:
* Wolfspeed: Ratio precio-ventas de aproximadamente 0,8
* Promedio del sector: Ratio precio-ventas de alrededor de 5,4

Este descuento masivo subraya que el mercado sigue descontando importantes riesgos de ejecución, a pesar de la mejor liquidez. El consenso analítico también mantiene cautela: el precio objetivo promedio se sitúa en solo 10,50 dólares, con la mayoría de las recomendaciones en "reducir".

Una transición compleja en curso

Operativamente, Wolfspeed está ejecutando un giro complejo. La producción se está trasladando a la moderna tecnología de obleas de 200 mm en su fábrica de Mohawk Valley (Nueva York), mientras que la antigua planta de Durham debería cerrarse este mismo mes. Las obleas de mayor tamaño prometen costes unitarios significativamente menores y un mayor grado de automatización.

No obstante, la perspectiva a corto plazo sigue siendo moderada. Para el trimestre en curso, la dirección prevé unos ingresos de solo 150 a 190 millones de dólares, debido a la debilidad general del mercado. La verdadera claridad sobre el éxito de la reorientación probablemente no llegará hasta la próxima publicación de resultados trimestrales, el 28 de enero de 2026. Hasta entonces, la acción seguirá siendo un vaivén entre la esperanza en las ganancias de eficiencia operativa y el temor a una creciente competencia en el mercado del carburo de silicio.

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