Nvidia: Un equilibrio entre apertura comercial y control estratégico

La acción de Nvidia se encuentra en una encrucijada definida por la política regulatoria. Mientras las autoridades estadounidenses evalúan una vía limitada para sus exportaciones a China, la compañía celebra una importante autorización para una inversión doméstica. Este escenario dual subraya la compleja interacción entre la geopolítica y los negocios en el sector de los semiconductores.

En el frente regulatorio interno, Nvidia obtuvo una victoria clara. El 19 de diciembre, la Comisión Federal de Comercio (FTC) de Estados Unidos aprobó sin objeciones la inversión de 5.000 millones de dólares que Nvidia planea realizar en Intel. Esta decisión elimina una incertidumbre clave para el proyecto.

El objetivo estratégico de esta movida es doble: reforzar la seguridad en la cadena de suministro de fabricación para Nvidia y, al mismo tiempo, apoyar la expansión del negocio de fundición (foundry) de Intel. La colaboración entre estos dos gigantes estadounidenses del chip adquiere una relevancia particular en el contexto de la competencia tecnológica global.

El delicado proceso para exportar a China

Paralelamente, se desarrolla un proceso regulatorio de altas consecuencias. A partir de una decisión del presidente Trump el 8 de diciembre, Nvidia tiene un permiso preliminar para exportar sus chips de IA H200 a China, aunque con un recargo del 25%. Sin embargo, la implementación práctica está sujeta a una revisión exhaustiva.

Entre el 19 y el 20 de diciembre, el Departamento de Comercio de EE.UU. derivó las solicitudes de exportación a los departamentos de Estado, Energía y Defensa. Estas agencias disponen ahora de un plazo de 30 días para evaluar las implicaciones en seguridad nacional. Solo tras este examen interministerial se podrán emitir las licencias definitivas, permitiendo el flujo real de hardware y los ingresos asociados.

El debate en Washington refleja la tensión inherente: algunos sectores advierten que incluso con impuestos elevados, las exportaciones podrían acelerar el desarrollo de IA con aplicaciones militares en China. Para Nvidia, en cambio, se trata de acceder a una nueva fuente de ingresos, aunque fuertemente regulada.

La demanda global encuentra caminos alternativos

Mientras se debate la normativa, la realidad del mercado muestra la dificultad de contener la demanda tecnológica. Un informe del 19 de diciembre reveló que la empresa china Tencent ya está accediendo a los chips más avanzados de Nvidia, la arquitectura "Blackwell", a pesar de las restricciones oficiales.

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El mecanismo empleado es un modelo de Computing-as-a-Service: Tencent utiliza capacidad de procesamiento del proveedor japonés Datasection, que opera servidores con GPUs Blackwell en centros de datos ubicados en Japón. Al no cruzar físicamente la frontera china, esta operación técnicamente cumple con las normas de exportación vigentes. Este caso ejemplifica cómo la innovación en los modelos de negocio puede limitar la efectividad de las barreras comerciales.

Perspectivas de los analistas y comportamiento del mercado

El sentimiento entre los analistas se mantiene predominantemente optimista. Tigress Financial elevó recientemente su precio objetivo para la acción de Nvidia a 350 dólares, argumentando que su posición dominante en toda la infraestructura de IA —desde el hardware hasta el software— la hace casi inexpugnable y un motor de crecimiento clave.

Esta visión contrasta con la cotización actual. En la sesión del viernes pasado, la acción cerró en 154,34 euros, registrando una subida semanal del 3,49%. Pese a este avance, el precio se mantiene por debajo de máximos anteriores. Desde la perspectiva de Tigress, esto deja un margen de apreciación considerable hasta su objetivo a largo plazo.

Datos clave de cotización:
- Cierre del viernes: 154,34 € (variación diaria: +3,96%; variación semanal: +3,49%)
- Rendimiento desde enero: +14,53%; rendimiento a 12 meses: +22,45%

La tendencia general sigue siendo alcista, aunque la cotización se sitúa aproximadamente un 14% por debajo del máximo del último año, sugiriendo una fase de consolidación tras la fuerte subida previa.

El perfil cambiante de los inversores institucionales

A pesar del panorama fundamental positivo, la actitud de los grandes inversores no es uniforme. Informaciones recientes indican que Bay Rivers Group redujo su posición en Nvidia en aproximadamente un 3,2% durante el tercer trimestre. Este movimiento se enmarca en una tendencia más amplia observada en 2025, donde algunos inversores institucionales y insiders están realizando beneficios parciales tras los fuertes avances del último año, mientras fondos de crecimiento y minoristas continúan acumulando posiciones.

Un horizonte definido por la regulación

Los próximos 30 días serán cruciales. La resolución del proceso de revisión para las exportaciones H200 a China marcará el tono inmediato. Una aprobación confirmaría un nuevo canal de ingresos regulado, mientras que un veto o restricciones severas por parte de las agencias de defensa reintroduciría la presión regulatoria sobre la valoración de la acción. Combinado con la ahora autorizada inversión en Intel, el camino de Nvidia en las próximas semanas estará indisociablemente ligado a las decisiones de los reguladores.

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