Nvidia: El poder de su lobby frena una ley que amenazaba su negocio global

Mientras los mercados siguen obsesionados con el rendimiento de los chips de IA, el verdadero campo de batalla para Jensen Huang, consejero delegado de Nvidia, se encuentra en los pasillos del poder en Washington. Su reciente ofensiva política, que incluyó un encuentro con el expresidente Donald Trump y varios senadores republicanos, ha dado sus frutos de manera tangible. Una propuesta legislativa considerada perjudicial para el gigante de los semiconductores fue retirada en el último momento. Este éxito, sin embargo, abre el debate sobre el creciente influjo político de la compañía y sus implicaciones para los inversores.

La iniciativa conocida como GAIN AI Act habría obligado a fabricantes como Nvidia a priorizar a las empresas estadounidenses en el suministro de sus chips de IA más avanzados, relegando a clientes en mercados como China. Dada la importancia de los ingresos internacionales para el modelo de negocio de la firma, la norma representaba una amenaza significativa.

Finalmente, el proyecto fue eliminado del texto del National Defense Authorization Act. Huang calificó la decisión como "inteligente", advirtiendo que la ley habría sido "aún más dañina para Estados Unidos" que otras propuestas regulatorias restrictivas. Este resultado evidencia el peso que la voz de Nvidia ha adquirido en la capital federal.

La regulación fragmentada, en el punto de mira

Durante su visita al Capitolio, Huang también cargó contra los intentos de regular la inteligencia artificial a nivel estatal. Afirmó que un mosaico de normativas "paralizaría la industria" y supondría una "amenaza para la seguridad nacional". Para el directivo, la única solución sensata son las reglas federales unificadas, que permitan a EE.UU. "impulsar la tecnología de IA lo más rápido posible".

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Esta postura se alinea con la estrategia del sector tecnológico, que a través del super PAC "Leading the Future" ejerce presión contra las legislaciones estatales divergentes.

Los grandes acuerdos de IA, aún en el aire

En un frente menos positivo, la ambiciosa asociación valorada en 100.000 millones de dólares con OpenAI, anunciada en septiembre, sigue sin materializarse. Colette Kress, directora financiera de Nvidia, lo admitió en la UBS Global Technology Conference el 2 de diciembre: "Todavía no hemos llegado a un acuerdo definitivo".

Un dato crucial: los pedidos de chips estimados en 500.000 millones de dólares hasta 2026 no incluyen este potencial contrato con OpenAI. Tampoco figura en esa cifra el acuerdo planeado por 10.000 millones con Anthropic. La firma de ambos supondría un salto en el volumen de pedidos, pero por ahora solo hay declaraciones de intenciones.

El análisis mantiene la confianza pese a China

Los analistas de Morgan Stanley elevaron su precio objetivo para la acción de Nvidia de 235 a 250 dólares, subrayando que las amenazas de los competidores chinos son "muy limitadas". En su opinión, las preocupaciones sobre los fabricantes asiáticos son exageradas, ya que la ventaja tecnológica de Nvidia en tamaño de clusters y tecnologías de escalamiento horizontal permanece intacta. La visibilidad de una demanda sólida hasta 2026 respalda adicionalmente esta valoración.

Las divisiones políticas persisten

No todo es consenso en Washington. El senador John Kennedy se negó a asistir al encuentro con Huang, argumentando que no considera al CEO una "fuente objetiva y creíble" en el debate sobre los chips y China. Por su parte, la senadora demócrata Elizabeth Warren ha solicitado incluso una audiencia pública sobre la política de asignación de chips de Nvidia. Las reuniones a puerta cerrada con legisladores republicanos refuerzan la percepción de un trato polarizado hacia las grandes tecnológicas.

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