Meta desafía el dominio de Nvidia con una alianza estratégica con Google

El panorama de la inteligencia artificial podría estar a punto de experimentar un cambio sísmico. Según informaciones recientes, Meta se encuentra en negociaciones avanzadas con Google para la adquisición masiva de procesadores de IA, un movimiento que cuestionaría directamente la hegemonía de Nvidia en este mercado estratégico.

Las conversaciones entre estos dos gigantes tecnológicos trascienden el mero suministro de hardware. Los planes de Meta incluirían inversiones billonarias en las Unidades de Procesamiento Tensorial (TPUs) de Google a partir de 2027, complementadas con la contratación de capacidad en la Google Cloud durante el próximo año.

La reacción en los mercados financieros no se hizo esperar. Las acciones de Alphabet, matriz de Google, se aproximaron a una valoración histórica de 4 billones de dólares, mientras que los títulos de Nvidia experimentaron presión vendedora. Paralelamente, AMD también registró retrocesos, en contraste con Broadcom -socio fabricante de los chips de Google- que se benefició del anuncio.

Este desarrollo representa una señal de alerta para la posición cuasi monopolística de Nvidia, que actualmente controla más del 90% del mercado de chips para IA. La estrategia evidencia una tendencia creciente entre los grandes operadores tecnológicos para reducir su dependencia de proveedores únicos.

La ofensiva inversora de Meta

El potencial acuerdo se enmarca dentro del ambicioso plan de inversión en infraestructura que Meta ha desplegado, con una dotación presupuestaria que alcanza los 72.000 millones de dólares para el presente ejercicio. La diversificación de proveedores emerge como un componente estratégico fundamental en este contexto.

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Meta sigue así el camino marcado por Amazon y Microsoft, quienes también están desarrollando soluciones propias o estableciendo alianzas para mitigar riesgos en sus cadenas de suministro. Esta estrategia multi-proveedor podría traducirse en ventajas competitivas significativas en términos de costes a largo plazo.

Los fundamentales financieros respaldan esta apuesta. Los resultados del tercer trimestre de 2025 mostraron un incremento del 26% en los ingresos, mientras que el negocio publicitario impulsado por inteligencia artificial avanza hacia una tasa anual superior a los 60.000 millones de dólares.

Incertidumbre en la cotización

Pese a estos sólidos fundamentales, la acción de Meta continúa exhibiendo un comportamiento volátil en los mercados. La cotización se mantiene por debajo de su media móvil de 200 días, indicativo de las dudas que persisten entre los inversores.

Esta volatilidad refleja la incertidumbre del mercado sobre el tiempo que requerirán las colosales inversiones en infraestructura de IA para generar retornos tangibles. La posible colaboración con Google representa, por tanto, mucho más que una simple transacción comercial: constituye una necesidad estratégica para garantizar la flexibilidad y autonomía futuras de Meta.

El éxito en esta iniciativa podría convertirse en el catalizador definitivo para la próxima fase de crecimiento de la compañía, marcando un punto de inflexión en la distribución del poder dentro del sector de los semiconductores para aplicaciones de inteligencia artificial.

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