Alphabet: El Gigante Silencioso que Construye su Imperio de Chips de IA

Mientras el mercado centra su atención en los chips de Nvidia, Alphabet ejecuta una estrategia en un frente menos visible que podría redefinir su valoración. La compañía no solo está rompiendo récords bursátiles, sino que está tejiendo, de forma discreta, una infraestructura de hardware propia que algunos analistas ya valoran en casi un billón de dólares. Este movimiento podría ser la clave definitiva para su dominio en la era de la inteligencia artificial.

El impulso reciente de la acción, que la sitúa entre los mejores valores del S&P 500 en el último trimestre, tiene sus raíces en los centros de datos. Allí operan las Unidades de Procesamiento Tensor (TPU), chips especializados para IA que Alphabet desarrolló inicialmente para uso interno. Estas TPU están demostrando ser un activo estratégico de primer orden.

Gil Luria, analista de DA Davidson, proyecta que la empresa podría capturar hasta un 20% del total del mercado de chips para IA en los próximos años si decide comercializarlos externamente de forma agresiva. La proyección financiera de esta posibilidad es abrumadora: aproximadamente 900.000 millones de dólares en valor de negocio potencial, una cifra que rivaliza o incluso supera el valor actual de todo su negocio en la nube. Incluso sin ventas externas, estos chips ya proporcionan una infraestructura en la nube más eficiente y con menores costos.

La Cadena de Valor Completa: Una Ventaja Única

Los inversores comienzan a apreciar que Alphabet es la única corporación que controla toda la cadena de valor de la inteligencia artificial: desde el diseño del semiconductor y la infraestructura en la nube hasta los modelos de lenguaje más avanzados. Esta integración vertical es una ventaja competitiva formidable.

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En Morgan Stanley se han observado indicios de una estrategia comercial concreta para las TPU, lo que ha llevado a revisar al alza de forma significativa las previsiones de ventas para 2027 y 2028. Los cálculos de la entidad son elocuentes: la venta de 500.000 chips a centros de datos externos podría generar por sí sola unos ingresos adicionales de cerca de 13.000 millones de dólares en 2027. Acuerdos recientes, como el de suministro con la startup Anthropic, o los rumores sobre un posible interés de Meta como gran cliente, no hacen más que avivar este optimismo.

Software: Democratizando el Acceso a la IA

Paralelamente a su avance en hardware, Alphabet también está acelerando en el terreno del software. Con el lanzamiento de "Google Workspace Studio", la empresa permite a las organizaciones crear sus propios agentes de IA basados en el modelo Gemini 3, sin necesidad de contar con conocimientos de programación.

El objetivo es claro: automatizar tareas rutinarias dentro de herramientas como Gmail y Drive. Casos de uso tempranos, como el reportado por el especialista en limpieza Kärcher, que habla de un ahorro del 90% del tiempo en ciertos procesos administrativos, muestran el potencial. La integración con aplicaciones de terceros como Salesforce o Asana amplía aún más la influencia de Google en el día a día corporativo.

Valoración y Perspectivas: Inversión sin Límites

El mercado está premiando esta estrategia de doble flanco. La acción ha acumulado una revalorización de casi el 50% desde principios de año, cotizando alrededor de 275 euros y acercándose a sus máximos históricos. Si bien su ratio precio-beneficio (P/E) se sitúa en 27, el nivel más alto desde 2021, la comparación con sus rivales tecnológicos directos no la muestra como una acción excesivamente cara.

Los planes de inversión de Alphabet, que superan los 90.000 millones de dólares previstos para 2025, envían un mensaje inequívoco: no escatimarán recursos en la batalla por la supremacía en IA. Para los inversores, la cuestión clave ahora es calibrar la velocidad a la que esta promesa en chips se materializará en flujos de ingresos concretos y externos.

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