Wolfspeed: Una alianza estratégica que no aplaca la volatilidad bursátil

La empresa tecnológica Wolfspeed anunció recientemente una importante colaboración con el gigante automotriz Toyota, al mismo tiempo que reforzaba su balance con una significativa inyección de liquidez. Sin embargo, estas noticias positivas no han sido suficientes para estabilizar su cotización en el mercado, que continúa exhibiendo una notable volatilidad. El título llegó a perder un 5,8% en una sola sesión, evidenciando las dudas de los inversores sobre su capacidad de recuperación en un contexto sectorial complejo.

A principios de diciembre, Wolfspeed recibió un impulso financiero crucial. La autoridad fiscal estadounidense, el IRS, le devolvió 698,6 millones de dólares en concepto de créditos fiscales. Este beneficio se enmarca en la Sección 48D del Internal Revenue Code, amparada por la ley CHIPS and Science Act (Advanced Manufacturing Investment Credit).

Este ingreso elevó la liquidez disponible de la compañía a aproximadamente 1.500 millones de dólares. De esta cantidad, se ha destinado alrededor de 192,2 millones para reducir en unos 175 millones su deuda con garantía real. Esta movida fortalece sustancialmente la base financiera de la empresa en un momento de transformación.

Reestructuración operativa en marcha

Paralelamente, Wolfspeed está inmersa en una profunda reestructuración de sus operaciones para mejorar su eficiencia y capacidad futura:

• Cierre definitivo de su antigua planta en Durham (Carolina del Norte), previsto para finales de diciembre.
• Puesta en marcha progresiva de su nueva fábrica de vanguardia en Mohawk Valley (Nueva York).
• Transición en la producción desde obleas (wafers) de 150 mm a otras de 200 mm, un cambio técnico que busca mejores economías de escala.

La alianza con Toyota: un voto de confianza tecnológico

El acuerdo estratégico revelado el martes supone un espaldarazo para la tecnología de Wolfspeed. La compañía suministrará sus transistores MOSFET para automoción a Toyota, donde serán integrados en los sistemas de carga a bordo de los futuros vehículos eléctricos de batería (BEV) del fabricante japonés.

El CEO, Robert Feurle, declaró sentirse "honrado" de poder apoyar la próxima ola de electrificación de Toyota. Por su parte, Cengiz Balkas, Chief Business Officer, subrayó que la colaboración se sustenta en "años de confianza en la competencia de ingeniería, la seguridad de suministro y un enfoque compartido en la calidad". Wolfspeed también destacó su cadena de suministro radicada en Estados Unidos y su fabricación doméstica de componentes de carburo de silicio como factores clave para garantizar estabilidad.

Ventajas del carburo de silicio (SiC)

La tecnología de carburo de silicio en la que se especializa Wolfspeed ofrece ventajas tangibles para la movilidad eléctrica:

• Mayor densidad de potencia, que se traduce en tiempos de carga más reducidos.
• Pérdidas de energía menores dentro del vehículo.
• Mejora potencial de la autonomía.
• Reducción del coste por cada ciclo de carga.

Un mercado con vientos en contra

A pesar de estos avances estratégicos y financieros, el entorno de mercado para Wolfspeed sigue siendo desafiante. El segmento del carburo de silicio enfrenta varias presiones:

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• Una demanda que se modera por parte de los fabricantes de coches eléctricos.
• Una competencia cada vez más intensa de actores consolidados como STMicroelectronics e Infineon.
• Una adopción en el sector automotriz más lenta de lo inicialmente anticipado.

Estos factores se reflejan en las previsiones de la empresa. Para el segundo trimestre de su año fiscal 2026, Wolfspeed anticipa unos ingresos que oscilarán entre 150 y 190 millones de dólares. Esta estimación se sitúa claramente por debajo del consenso de analistas, que esperaba 231,94 millones, lo que subraya la presión sobre el crecimiento a corto plazo.

La montaña rusa de su cotización

La reacción bursátil a las noticias ha sido tibia. Tras el anuncio con Toyota, la acción cayó un 5,8%, tocando un mínimo intradía de 21,36 dólares. Es llamativo que el volumen negociado ese día, de unos 618.000 títulos, fue un 84% inferior al promedio habitual de aproximadamente 3,8 millones.

Esta volatilidad no es nueva. Desde que la compañía salió del proceso de bancarrota del Capítulo 11 a finales de septiembre, el título ha experimentado movimientos extremos. Inmediatamente después de la reestructuración, las acciones llegaron a dispararse más de un 1.700%, antes de entrar en la fase de alta volatilidad actual.

Perspectivas divididas en Wall Street

El sentimiento entre los analistas es mixto, reflejando la incertidumbre:

• Susquehanna revisó al alza su precio objetivo a 30,00 dólares en octubre, manteniendo una recomendación "Neutral".
• Wall Street Zen mejoró su calificación a "Hold" en noviembre.
• No obstante, el consenso general se mantiene en "Reduce", con un precio objetivo promedio de 10,50 dólares.

La amplia brecha entre el precio actual y el objetivo consensuado ilustra la profunda divergencia en las expectativas.

Mirando más allá del automóvil eléctrico

Consciente de la dependencia del ciclo automotriz, Wolfspeed está trabajando en diversificar sus aplicaciones hacia otros sectores prometedores:

• Centros de datos e infraestructura para inteligencia artificial.
• Aplicaciones en los campos aeroespacial y de defensa.
• Soluciones para la industria y el sector energético.

La empresa ha anunciado que ofrecerá una actualización financiera integral en la primera mitad del año calendario 2026. En ese momento, el foco estará en el progreso de la nueva fábrica de Mohawk Valley y en los avances de nuevos proyectos con clientes que respalden su reorientación estratégica.

En resumen, Wolfspeed combina el fortalecimiento de su balance, la reducción de deuda y alianzas clave como la de Toyota para cimentar un posible turnaround. Sin embargo, el camino a corto plazo estará marcado por un entorno de mercado exigente y los riesgos inherentes a la ejecución de su ambiciosa transformación.

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