Wolfspeed: La producción se convierte en el talón de Aquiles

La acción de Wolfspeed, tras un breve respiro, volvió a sufrir una fuerte presión en la sesión bursátil del martes. Los títulos cedieron aproximadamente un 7%, cerrando la jornada en torno a los 19,60 dólares estadounidenses. Este retroceso responde a informaciones que apuntan a retrasos en el aumento de la producción de obleas de carburo de silicio (SiC), lo que ha sembrado dudas sobre la capacidad de la empresa para cumplir con sus ambiciosos planes de expansión. Estas preocupaciones han eclipsado temporalmente el impacto positivo del reciente acuerdo con Toyota y la mejora en su posición de liquidez.

• Caída bursátil: Aproximadamente un 7%, hasta los 19,60 USD.
• Punto clave: Retrasos en el aumento de capacidad de obleas de 200 mm.
• Contrapeso positivo: Acuerdo estratégico reciente con Toyota.
• Situación financiera: Liquidez reforzada hasta unos 1.500 millones de USD.
• Foco del mercado: Control del consumo de caja, eficiencia fabril y próximos resultados.

A principios de diciembre, Wolfspeed anunció un importante pacto de suministro con el gigante automovilístico Toyota. La compañía se encargará de proveer transistores MOSFET de SiC para los cargadores de a bordo de los futuros vehículos eléctricos del grupo japonés. Esta noticia, que inicialmente fue bien recibida por el mercado y reforzó el posicionamiento tecnológico de Wolfspeed en el sector de la automoción, ha visto su efecto diluido rápidamente.

El renovado pesimismo que se apoderó de la cotización pone de manifiesto un cambio de prioridades entre los inversores. En el corto plazo, la seguridad y la fiabilidad del proceso productivo están pesando más que la ampliación del libro de pedidos. Los analistas coinciden en que, si bien la demanda a largo plazo de chips de potencia de SiC sigue siendo sólida, el foco actual está en dos métricas operativas concretas: la estabilidad en la ejecución y el nivel de consumo de efectivo.

Los retrasos en la fabricación desencadenan la venta

El detonante de la corrección fueron los reportes que señalan dificultades en el despliegue de la capacidad de fabricación de obleas de SiC de 200 milímetros. Este salto tecnológico es fundamental para que la empresa pueda mejorar sus márgenes en el medio plazo. Las instalaciones de Mohawk Valley y Siler City son los epicentros de esta transición, pero la complejidad técnica y operativa del escalado está actuando como un lastre.

El movimiento en el parqué fue elocuente: el volumen de negociación se incrementó de forma notable y el precio retrocedió desde una zona de recuperación en torno a los 21 dólares hasta el cierre en 19,59 dólares. Este fracaso en mantener el soporte de los 21 dólares se interpreta, desde un análisis chartista, como una señal negativa para la tendencia en el muy corto plazo.

Un colchón financiero tras una reestructuración profunda

Este episodio de volatilidad se produce en el contexto de un año 2025 transformador para la estructura financiera de Wolfspeed. La compañía ha fortalecido notablemente su balance. El 1 de diciembre confirmó la recepción de un reembolso de impuestos en efectivo por valor de 698,6 millones de dólares por parte del IRS (el fisco estadounidense), en el marco del CHIPS and Science Act.

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Esta inyección de capital elevó la liquidez disponible a aproximadamente 1.500 millones de dólares. Según la empresa, estos fondos proporcionan un margen de maniobra financiero de cerca de dos años, reduciendo la necesidad urgente de acudir a financiación que pudiera diluir el valor para los accionistas.

Este paso se produce después de que Wolfspeed completara un proceso concursal bajo el Capítulo 11 en septiembre, mediante el cual redujo su deuda y optimizó sus estructuras. Parte de esta reestructuración incluye el cierre previsto para este mismo mes de la antigua planta de fabricación de 150 mm en Durham, Carolina del Norte. Aunque esta medida aliviará la presión sobre los márgenes al eliminar capacidad menos eficiente, también incrementa la exigencia de que las nuevas fábricas de 200 mm operen sin contratiempos y con altas tasas de utilización.

En un movimiento paralelo, el director financiero, Gregor van Issum, recibió el 8 de diciembre un paquete de más de 172.000 acciones restringidas (RSUs). Estas asignaciones suelen utilizarse como un mecanismo para alinear más estrechamente los intereses de la dirección con la recuperación del valor para los accionistas.

Perspectivas: Todo depende de la estabilización productiva

El futuro inmediato de Wolfspeed depende de su capacidad para estabilizar esta complicada fase de transición manufacturera. Los más de 1.500 millones de dólares en efectivo actúan como un colchón crucial, pero si no se logran avances en la eficiencia de las plantas clave, las pérdidas operativas seguirán siendo el tema dominante.

Desde una perspectiva técnica, el nivel de los 22 dólares se perfila ahora como una zona de resistencia significativa. Por el contrario, si la cautela persiste en el mercado, la atención podría volver a dirigirse a la banda de soporte entre 17 y 18 dólares.

El próximo hito fundamental será la publicación de los resultados del segundo trimestre fiscal. Se espera que la dirección ofrezca entonces detalles concretos sobre los rendimientos de la producción de obleas de 200 mm y sobre la integración del acuerdo con Toyota. Hasta esa fecha, es previsible que la acción mantenga una alta sensibilidad a cualquier noticia, positiva o negativa, relacionada con el progreso de la producción.

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