TSMC: Washington intensifica su presión para una mayor inversión en suelo estadounidense

La política industrial de Estados Unidos está centrando cada vez más su mirada en Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC). En declaraciones recientes, el secretario de Comercio, Howard Lutnick, ha insinuado un posible volumen de inversión que superaría los 200.000 millones de dólares, una cifra muy por encima de los planes iniciales. Este movimiento responde al objetivo estratégico de Washington de producir más chips de alta gama localmente y reducir la dependencia de las cadenas de suministro asiáticas.

A pesar de este panorama estratégico, la cotización de la acción de TSMC experimentó una ligera corrección el viernes. El valor cerró en 249,00 euros, lo que supone una caída aproximada del 4% en la sesión, aunque mantiene un rendimiento positivo en el acumulado del año.

Las declaraciones de Lutnick en una entrevista con CNBC revelan un giro significativo en la postura del gobierno estadounidense. El secretario criticó abiertamente las prácticas de financiación anteriores, como la subvención de 11.000 millones de dólares concedida a Intel, que describió de manera equivalente a "una tarjeta de Navidad para los accionistas". La administración actual está abandonando el modelo de meras subvenciones.

En su lugar, se está priorizando un enfoque que combina la toma de participaciones de capital en las empresas beneficiarias con una línea de negociación más firme, respaldada por la amenaza de aranceles. El objetivo es acelerar la relocalización de capacidades de fabricación. Para TSMC, esto se traduce en una creciente presión política que limita su margen para tomar decisiones puramente basadas en criterios económicos.

Arizona, el epicentro de la expansión

El complejo que TSMC está construyendo en Arizona ya está considerado una de las mayores inversiones industriales extranjeras en la historia de Estados Unidos. La primera de las fábricas (fabs) planeadas ya ha iniciado la producción en masa, mientras que las siguientes se encuentran en diversas fases de construcción.

Recientemente, la empresa taiwanesa anunció una expansión significativa de sus compromisos. A los 65.000 millones de dólares prometidos inicialmente en el marco de la Ley CHIPS, se suman 100.000 millones adicionales. Esta inyección financiará la construcción de tres fabs más, dos plantas de packaging avanzado y un centro de I+D.

A pesar de algunos retrasos iniciales, la fábrica en la zona de Phoenix ya está produciendo chips con los nodos de fabricación más avanzados. Entre sus clientes clave se encuentran gigantes tecnológicos estadounidenses como Apple, Nvidia y AMD, todos ellos interesados en diversificar geográficamente sus proveedores.

Los detalles de la ambición estadounidense

Lutnick ha expresado expectativas muy concretas y ambiciosas para TSMC:
- Compromiso anterior: aproximadamente 165.000 millones de dólares en actividades en EE.UU.
- Objetivo político: superar la barrera de los 200.000 millones de dólares en inversión.
- Estructura planeada: seis fabs de fabricación, dos plantas de packaging avanzado y un centro de I+D en Arizona.
- Impacto laboral: se prevé la creación de alrededor de 30.000 puestos de trabajo una vez que todas las instalaciones estén operativas.

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El secretario dejó claro que la subvención de 6.000 millones de dólares de la Ley CHIPS, asociada a una inversión de 60.000 millones, se considera insuficiente para el nuevo escalón que se persigue.

Confianza de los analistas frente a los riesgos

En Wall Street, el sentimiento predominante hacia TSMC sigue siendo optimista, a pesar de los riesgos geopolíticos y políticos. La firma Bernstein ha elevado recientemente su precio objetivo para la acción de 290 a 330 dólares, manteniendo su recomendación de "Outperform".

Esta confianza se sustenta en sólidas expectativas de crecimiento:
- Se anticipa un aumento de los ingresos del 23% para 2026.
- Para 2027, se espera un crecimiento del 20%.
- La capacidad de producción de la tecnología Chip-on-Wafer-on-Substrate (CoWoS) se expandirá hasta las 125.000 obleas mensuales para finales de 2026.

Esta ampliación de capacidad está específicamente dirigida a satisfacer la demanda de chips de alto rendimiento para aplicaciones de inteligencia artificial, incluyendo los futuros proyectos de Nvidia, "Blackwell" y "Rubin".

Un litigio por secretos comerciales añade tensión

La situación adquiere una capa adicional de complejidad debido a un proceso judicial en curso en Taiwán. TSMC ha presentado una demanda ante el tribunal económico y de propiedad intelectual de la isla contra su ex vicepresidente senior, Wei-Jen Lo, quien se incorporó a Intel.

La compañía alega que existe una "alta probabilidad" de que secretos comerciales hayan podido filtrarse al competidor estadounidense. Lo, que trabajó en TSMC durante más de 21 años, tuvo un papel clave en la industrialización de las tecnologías de 5nm, 3nm y 2nm. El Ministerio de Economía taiwanés está siguiendo el caso de cerca y evalúa posibles violaciones de la Ley de Seguridad Nacional.

Reconfiguración del panorama semiconductor global

Una inversión final superior a los 200.000 millones de dólares en Estados Unidos tiene el potencial de alterar significativamente el equilibrio de poder en la industria mundial de semiconductores. Una presencia ampliada en América serviría a múltiples objetivos estratégicos: disminuir la dependencia de Taiwán, mejorar el suministro a los grandes clientes estadounidenses en su propio territorio y proporcionar un mayor blindaje frente a las tensiones geopolíticas con China.

Paralelamente, TSMC está posicionando sus fabs de Arizona como un centro neurálgico para el esperado boom de demanda de infraestructura de IA. Incluso si la marca de los 200.000 millones de dólares de Lutnick no se alcanza en su totalidad, la dirección es clara: las operaciones de TSMC en Estados Unidos se expandirán considerablemente, consolidándose como un pilar aún más crucial en el ecosistema global de chips.

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