Tesla en la encrucijada: ventas a la baja frente a promesas de autonomía

La acción de Tesla navega por aguas turbulentas. Mientras los datos de ventas en su mercado doméstico muestran una contracción significativa, la compañía redobla su apuesta por la conducción autónoma, un campo donde la competencia se intensifica. Esta dualidad entre un negocio central bajo presión y una visión futurista ambiciosa define el momento actual del fabricante de vehículos eléctricos.

El liderazgo operativo de Tesla en Estados Unidos, aunque aún sólido, muestra grietas. La firma mantiene una cuota de mercado del 56,7% en el segmento de vehículos eléctricos, pero la calidad de esta dominancia se erosiona. Para estimular la demanda tras el fin de los incentivos fiscales federales, la empresa ha recurrido a incentivos costosos, como descuentos de hasta 2.000 dólares en el Model Y y financiación al 0%. Esta estrategia presiona directamente los márgenes, que en el tercer trimestre se situaron en aproximadamente un 5,8%, muy por debajo de los niveles históricos de dos dígitos.

En el frente tecnológico, la carrera por el vehículo autónomo ya no es un camino en solitario para Tesla. Rivian ha presentado su propio chip de autonomía y una suscripción llamada "Autonomy+", con el objetivo a largo plazo de alcanzar un nivel 4 de autonomía. Por su parte, Waymo ha reportado más de 14 millones de viajes para el año 2025 y planea expandirse a Miami y Washington, D.C. en 2026. El ecosistema de la movilidad autónoma se está volviendo notablemente más concurrido y competitivo.

Dos frentes de presión: ventas e institucional

La semana pasada trajo dos noticias preocupantes desde perspectivas distintas. En el plano comercial, las ventas en EE.UU. para noviembre cayeron a unas 39.800 unidades, lo que representa un descenso de casi el 23% y el volumen mensual más bajo desde enero de 2022. Este "resacado" en la demanda se atribuye principalmente al agotamiento, a finales de septiembre, de la crédito fiscal federal para coches eléctricos, que había anticipado compras.

Paralelamente, un movimiento institucional ha generado inquietud. Morgan Stanley ha decidido cesar su cobertura analítica sobre Tesla, un paso descrito internamente como "romper con Tesla". La retirada de un actor de tanto peso de Wall Street priva a los gestores de fondos de un punto de referencia crucial y puede interpretarse como una señal de disminución del apoyo institucional.

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La visión de Musk y los próximos catalizadores

Elon Musk intenta contrarrestar las preocupaciones inmediatas redirigiendo la atención hacia el futuro. En un reciente evento, anunció que Tesla pretende eliminar a los conductores de seguridad de sus vehículos con Full Self-Driving (FSD) en Austin, Texas, en un plazo de solo tres semanas, iniciando así servicios de "Cybercab" totalmente autónomos antes de fin de año. Musk declaró que el problema de la conducción FSD sin supervisión está "básicamente resuelto" y prometió un modelo de IA significativamente más grande para enero o febrero de 2026.

El mercado observará dos hitos clave en los próximos meses para evaluar la solvencia de esta narrativa:

1. Finales de diciembre de 2025: Se verá si Musk cumple con el lanzamiento prometido de los viajes sin conductor en Austin. Un nuevo retraso dañaría aún más su credibilidad en los plazos de autonomía.
2. Cifras de entregas del cuarto trimestre: Estos datos aclararán si la caída de noviembre fue un efecto puntual tras el fin de la ayuda fiscal o el inicio de un nivel de demanda estructuralmente más débil en EE.UU.

Perspectiva técnica y división analítica

Técnicamente, la acción muestra una posición mixta. A una cotización de cierre de 380,65 EUR, se mantiene alrededor de un 2% por encima de su media de 50 días y cerca de un 25% sobre la línea de 200 días. Sin embargo, un RSI de 14 días en 73,7 indica un nivel técnicamente sobrecomprado tras la recuperación reciente. El valor se encuentra aún a un 16% de su máximo anual de 457,05 EUR, y la zona de los 460 dólares sigue siendo una resistencia clave.

Las expectativas en el mercado de derivados para 2026 son divergentes. Se observan posiciones alcistas con opciones call para enero de 2026, pero también estrategias bajistas con put spreads en el rango de 425/370 dólares, apostando a una mayor presión por los costes marginales. La alta volatilidad anualizada a 30 días, del 38%, refleja esta polarización.

La comunidad analística también está dividida. Casas como Deutsche Bank mantienen objetivos de precio por encima de los 470 EUR, aferrándose al potencial a largo plazo del robotaxi, mientras que la retirada de Morgan Stanley actúa como un contrapeso institucional. Para los inversores, en el corto plazo, los datos duros de entregas y márgenes serán tan decisivos como las grandes promesas de inteligencia artificial para 2026.

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