La directora financiera de Opendoor reduce su participación accionarial

La cotización de Opendoor Technologies cerró la semana con signo negativo, reflejando un clima de pesimismo entre los inversores. Varios factores confluyeron para presionar al valor, que terminó el viernes en un rango entre los 6,65 y los 6,75 dólares por acción. La combinación de unos resultados trimestrales flojos, el escepticismo persistente de los analistas y, de manera destacada, una operación de venta por parte de su máxima responsable financiera, alimentaron la tendencia bajista.

Los datos correspondientes al tercer trimestre del ejercicio 2025 no hicieron sino confirmar los desafíos estructurales a los que se enfrenta la compañía. El entorno de tipos de interés elevados continúa lastrando el mercado inmobiliario estadounidense, impactando directamente en el núcleo del negocio de Opendoor. La facturación se contrajo entre un 33% y un 34%, situándose en los 915 millones de dólares.

Un desglose de las cifras clave revela la magnitud del deterioro:

• Ingresos brutos: 66 millones de dólares (frente a 105 millones en el mismo periodo del año anterior).
• Margen de contribución: Se ubicó en un modesto 2,2%.
• Pérdida neta: Ascendió a 90 millones de dólares.
• Resultado por acción: Registró una pérdida de 0,12 dólares, por debajo de las estimaciones consensuadas por los analistas.

Este panorama evidencia la presión financiera que supone la transición estratégica que está en marcha, alejándose del modelo tradicional de compra directa de viviendas, que requiere grandes inversiones de capital.

Una venta de acciones que genera dudas

En medio de este contexto, la directora financiera interina, Christina Schwartz, procedió a la venta de 73.951 títulos de la compañía. La operación, valorada en aproximadamente 584.000 dólares, ha sido interpretada por el mercado como una señal poco alentadora, pese a que Schwartz mantiene una cartera personal que supera las 500.000 acciones.

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Este movimiento contrasta con las compras realizadas previamente por otros altos directivos. El consejero delegado, Kasra Nejatian, adquirió acciones por valor de un millón de dólares en noviembre, a un precio de 8,04 dólares por título. Incluso antes, en septiembre, el director Eric Wu realizó una inversión de 5 millones. Sin embargo, la reciente decisión de la CFO ha opacado estos gestos de confianza interna, contribuyendo a la aversión al riesgo en torno al valor.

El cambio de rumbo estratégico no convence a Wall Street

Precisamente bajo el liderazgo de Nejatian, Opendoor está intentando ejecutar un viraje fundamental en su modelo de negocio. La compañía pretende pivotar desde la compra y posesión de inmobilario hacia el desarrollo de una plataforma tecnológica basada en software e inteligencia artificial. El objetivo final es convertirse en un proveedor de servicios para las transacciones inmobiliarias, eliminando así los riesgos y costes asociados a mantener un gran inventario de propiedades.

No obstante, la comunidad analítica mantiene sus reservas. Ryan Tomasello, de la firma Keefe, Bruyette & Woods, reiteró su recomendación de "Underperform" (infraperformar) para la acción, estableciendo un precio objetivo de apenas 2,00 dólares. Esta valoración sugiere un potencial de caída muy significativo desde los niveles actuales y indica que el mercado aún no ha terminado de asimilar las implicaciones de la nueva estrategia "asset-light" (poco intensiva en activos).

Un valor marcado por la inestabilidad

El perfil de Opendoor en bolsa sigue siendo extremadamente volátil. En lo que va de año, sus acciones han oscilado entre un mínimo de 0,51 dólares y un máximo de 10,87 dólares. A finales de noviembre, la empresa fue eliminada de varios índices de S&P, incluido el S&P Total Market Index. Estas salidas de índices suelen provocar ventas automáticas por parte de fondos que los replican, lo que añade presión vendedora adicional.

Con una capitalización bursátil cercana a los 6.700 millones de dólares, el elevado coeficiente Beta de la acción confirma que su volatilidad supera ampliamente la del mercado general. Los inversores se mantienen a la expectativa, observando si Opendoor logrará estabilizar sus ingresos en los próximos trimestres o si, por el contrario, los pronósticos más pesimistas de los analistas terminarán materializándose.

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